Ayer se disputó el Half Ican Gandía, donde no pudo faltar representación de Avant Moncada. Día largo lleno de nervios, ilusión y emociones. Os dejamos la crónica de nuestro compañero Raúl Micó:

Segundo half a la saca!!!

Las cosas no empezaron bien, 200 metros antes de llegar a la boya me choco con un triatleta que venía de frente y me toca nadar 1300 metros mareado y sin gafas!!!! 

Salgo bastante mareado del agua y agobiado, me tomo la transición con mucha calma para intentar salir con la bici en condiciones, los primeros kms de bici no tengo buenas sensaciones pero a partir del km 15 empiezo a encontrarme bien y decido apretar para recuperar el tiempo perdido…

Empiezo a correr un poco tocado por el esfuerzo en bici pero poco a poco voy cogiendo ritmo y acabo la carrera bastante bien.

En definitiva a pesar de que la carrera se complicó al principio fui capaz de bajar 10 min respecto al año pasado, contentísimo!!!!!!

Por supuesto todo esto ha sido posible por todos los ánimos recibidos por el equipo de animación, se dejaron el alma animándonos a todos los que competimos, Chic@s sois increíbles, con vuestro apoyo conseguiremos todo lo que nos propongamos!!!

Agradecer también a todos los que nos animaron y estuvieron con nosotros desde la distancia que por un motivo u otro no pudieron estar ayer en Gandía.

Gracias también a Emilio padre e Hijo, pedazo de entrenadores que tiene este club, sois muy grandes!!!!!!

GRACIAS A TODOS!!!!!

Raúl Micó

A continuación crónica de Javier Martínez:

Preparar una prueba específica al año tiene un 50% de probabilidad que las cosas salgan bien o mejor todavía, muy bien.

Digo bien porque preparar una prueba así requiere muchos días y horas de entrenamiento y esto sólo puede ser a costa de madrugar, dormir alguna hora menos y quitar tiempo a cosas importantes como la familia o tú vida social. Combinar todo esto y buscar el equilibrio no es fácil, pero creo que se puede conseguir.

El sábado cuando me levanté apenas tenía ganas de desayunar y no tuve claro competir hasta una hora antes. La semana anterior fue una semana complicada por un resfriado que me acompañó también durante el fin de semana. Los asmáticos nos convertimos en muñecas de porcelana ante cualquier pequeño resfriado y esto sólo lo sabe el que lo sufre, pero es lo que hay y forma parte de la preparación de cualquier triatlón.

Digo bien porque de pensar que echaría pie a tierra, pasaban los kilómetros y mi cuerpo iba respondiendo poco a poco. Fue una natación cómoda nadando junto con otros dos triatletas en cabeza de mi grupo, saliendo segundo del agua. En la bici mantuve el puesto hasta el kilómetro 20 donde pude desmarcarme unos metros y rodar en cabeza. A partir del kilómetro 60 empecé a notar que las piernas no podían aguantar el ritmo y tuve que bajarlo donde me dieron caza otros seis triatletas. Empecé a correr el séptimo de mi grupo con sensaciones de flaqueza muscular general y dolor de cabeza, imagino que por el calor. A partir de ahí vino la fase de supervivencia, la fase en la que te paras a andar o sigues, la fase en la que te vienen mil preguntas a la cabeza de porque estás ahí pasándolo mal, pero creo que en esos momentos es cuando te das cuenta de lo que cuesta prepara y terminar una prueba larga.

Digo muy bien porque terminé con la satisfacción de haber superado una prueba por la que hacía tiempo llevaba entrenando y decidí salir sin ninguna garantía fuera cual fuera el resultado. Puedo aseguraros que tener una afición como la de avant-moncada da alas para superar cualquier prueba, gracias equipo por los ánimos! Gracias también a mi mister Emilio Aguayo por sus consejos!

Javier Martínez